La estación de Canfranc es una obra de ingeniería única levantada a principios del siglo XX. Situada en medio de los Pirineos, sorprende a los visitantes por su grandiosidad y armonía con el paisaje montañoso. Más allá de su arquitectura, la estación de Canfranc tiene una historia fascinante que transporta a los visitantes al pasado.
Historia de la estación de Canfranc
La necesidad de conectar España y Francia a través de los Pirineos motivó la construcción de esta línea ferroviaria. Tras décadas de negociación, en 1904 se firmaron los convenios para iniciar el proyecto que atravesaría el Puerto de Somport. La estación se inauguró finalmente el 18 de julio de 1928 y se convirtió en la mayor estación de España y la segunda de Europa, con un edificio de 241 metros, 75 puertas y numerosos ventanales.

Arquitectura y construcción
El edificio combina hormigón, hierro, cristal y piedra, con techos de pizarra. Alberga dependencias como policía, correos, bancos y hoteles, divididos entre España y Francia. Los ingenieros Fernando Ramírez de Dampierre y Ramón Martínez de Velasco crearon un proyecto monumental que incluye 24 túneles y 4 viaductos.
Historia reciente y rehabilitación
Tras décadas de decadencia, ocupación durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, y el cierre del paso hacia Francia, la estación sufrió abandono. En 2005 comenzaron los primeros intentos de rehabilitación y en 2012 pasó a manos del Gobierno de Aragón para desarrollar proyectos turísticos y culturales, siendo declarada Bien de Interés Cultural en 2002.
Qué ver y visitar en Canfranc
Hoy, la estación de Canfranc ofrece visitas guiadas, paseos en tren hacia Zaragoza y espectáculos nocturnos de luz y sonido. Cercanos, se pueden visitar los bunkers de la Línea P y la población Canfranc-Estación, construida para los trabajadores del proyecto.

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Autor artículo: Casa Biescas.es